top of page

Psicoterapia

Especialidades

Estado de ánimo

Ansiedad

Dificultades relacionales

Conflictos y dependencia en la pareja

Problemas familiares

Trauma puntual y por acumulación

¿Cómo trabajo?

Como psicoanalista relacional, mi forma de entender la terapia está fundamentada, como bien dice el nombre, en la relación con la persona, en poder crear un vínculo basado en un apego seguro para, conjuntamente con ella, trabajar en los objetivos establecidos consensuadamente y poder reestructurar los patrones de relación que tanto le han hecho y le hacen sufrir.

​

No nos engañemos, esto no es una tarea sencilla. El modo que tenemos de relacionarnos (tanto con los demás como con nosotros mismos) se ha construido durante años, día tras día. Es poco realista creer que en unas pocas sesiones se pueda conseguir un cambio duradero y efectivo. De ahí que, a pesar de que actualmente se trabaje con frecuencia semanal, el proceso sea de larga duración. Es imposible determinar cuánto dura exactamente una terapia.

​

Aunque acudamos a consulta por un estado de ánimo depresivo, ansiedad, problemas de pareja, etc., muchas veces subyace una forma de relacionarnos (unida a factores de personalidad forjados en interacción con los demás) que nos inclina a manifestar nuestro malestar, antes o después, en forma de cuadro sintomático. No olvidemos tampoco que cómo hemos aprendido a relacionarnos con nosotros mismos es una respuesta a cómo se han relacionado con nosotros.

​

Desde nuestro enfoque terapéutico entendemos las clasificaciones diagnósticas como un conjunto de signos y síntomas que, simplemente, dan cuenta del modo de  relacionarnos y de sentir de forma general. Sin ocupar un lugar principal, nos sirven de guía relativa para el fin último de poder orientar nuestro trabajo hacia la mejora no sólo del síntoma, sino de la organización subyacente al mismo.

​

Hay circunstancias en las que una o varias emociones son tan desbordantes que, sea por acumulación o de forma puntual y súbita -y en función de cómo responda el entorno-, se produce un traumatismo emocional que reorganiza nuestros patrones relacionales de tal modo que nos protejan de un incidente similar, aunque sea a costa de una salud empobrecida o de problemas a la hora de enfrentarnos a ciertas situaciones. Cuando esto sucede en la infancia (período en el que somos especialmente vulnerables) suele marcar el inicio de un apego inseguro, que arrastrará déficits, miedos y generará dificultades y conflictos en relaciones futuras.

​

De ahí que las formas principales de trabajo pasen por la comprensión del sufrimiento y la empatía hacia él, la capacidad de mentalización de los estados propios y ajenos, así como la concienciación de aquellas experiencias que no pudieron elaborarse y la validación de algunas partes de uno mismo que fueron desautorizadas por el entorno.

​

​

bottom of page